México, D.F., 12 de noviembre de 2006.
El gobierno mexicano, responsable
en las violaciones de Wal-Mart
--“Los precios bajos de la trasnacional son muy altos para la sociedad mexicana”, concluyen los participantes en encuentro binacional México-EU.
Al anunciar el inicio de acciones coordinadas entre organizaciones de Estados Unidos y México para combatir los abusos de la trasnacional Wal Mart, Global Exchange criticó al gobierno federal mexicano por no obligar a los inversionistas extranjeros a acatar las leyes mexicanas en materia laboral, ambiental, fiscal y cultural.
Los participantes en la Primera Reunión Binacional contra Wal Mart, celebrado en esta ciudad, acordaron trabajar para evitar que se permita a esa empresa establecer un banco en México, así como promover reformas para que los vales de despensa puedan ser recibidos en los mercados públicos y no como ahora, solamente las tiendas de autoservicio; apoyar la lucha de pequeños comerciantes de Baja California Sur para detener la construcción de un nuevo centro comercial en Los Cabos e impedirlo en todo lugar donde se pongan en riesgo patrimonios culturales e históricos. En ese sentido, buscarán que se establezca el Día del Mercado para promover otras formas de consumo que favorezcan más a los productores, trabajadores y a la sociedad mexicana en su conjunto.
En conferencia de prensa al concluir la reunión, Rubén García, director del Programa “Tianguis si, Wal-Mart no” de Global Exchange, denunció esta mañana las condiciones deplorables en que se encuentran los trabajadores de Wal Mart en México, así como el empleo ilegal de más de 20 mil menores como empacadores, quienes no reciben sueldo ni seguridad social alguna. Informo que en consecuencia, la defensa de los derechos laborales será otro frente primordial de lucha de las organizaciones participantes. “Además de ser una grave violación a los derechos de esos niños, constituye una forma de evasión fiscal que las autoridades consienten”, dijo.
Consideró que aunque no se le puede culpar al gobierno mexicano de la expansión de empresas trasnacionales como Wal Mart, pues eso fue provocado por el Tratado de Libre Comercio, “es un hecho que en el presente sexenio las autoridades han sido bastante laxas en la regulación de su operación. Se ha privilegiado la inversión extranjera y no se vigila que esas inversiones cumplan con las leyes. Existe mucha responsabilidad gubernamental en la explotación infantil y la violación del uso del suelo y la competencia desleal que afecta a productores, consumidores y pequeños comerciantes mexicanos”.
Se refirió a la preocupación de las organizaciones participantes porque se este en vísperas de autorizar que Wal Mart sea también una institución bancaria en nuestro país, sin que el tema haya sido debatido públicamente. “El gobierno federal esta decidiendo en la oscuridad si Wal Mart se convierte en banco o no”, advirtió.
Rubén García estuvo acompañado por Juan Salazar Lemus, dirigente de la Coordinadora Democrática de Mercados; Trina Tocco, de la Fundación Internacional para los Derechos Laborales, con sede en los Estados Unidos; y Ercila Sahores, de ACORN, que trabaja en diversos países contra los abusos de Wal Mart.
A la Primera Reunión Binacional contra Wal Mart asistieron 75 representantes de 12 organizaciones de México y Estados Unidos, quienes concluyeron que “los precios en Wal Mart son muy bajos a costa de un precio muy alto para la sociedad”.
U.S., Mexico Activists Fight Wal-MartBy MARK STEVENSON Associated Press Writer
© 2006 The Associated Press

MEXICO CITY — U.S. and local activists formed a common front on Sunday to fight the expansion of Wal-Mart stores in Mexico, saying small stores and the national culture are under threat from what is already the world's biggest retailer.
Activists from several U.S. groups and 10 Mexican labor, community and commercial organizations wrapped up a two-day meeting dubbed the First Binational U.S.-Mexico Meeting Against Wal-Mart.
In a statement Sunday, Wal-Mart Stores Inc. said that it had opened four more discount outlets, a Sam's Club, two restaurants and a clothing store in Mexico in recent days, bringing the chain's total number of stores under various nameplates in the country to 870.
But company officials were not immediately available to respond to the activists' claims that the chain's boxy stores are a blight on the landscape and are changing Mexicans' work, shopping and eating habits.
"We think Mexico should mount a defense of its cultural and historical legacy," said Ruben Garcia of Global Exchange, an activist group based in San Francisco, Calif.
"They (Wal-Mart) want to open stores in Comitan, Juchitan, in Oaxaca, in Patzcuaro, in many places we consider historic," Garcia said, referring to several picturesque, largely Indian cities in southern Mexico.
"If Wal-Mart could open a store in the Zocalo (Mexico City's historic main plaza), they would," said Garcia, who was accompanied at the meeting and subsequent news conference by activists from U.S.-based groups like ACORN (Association of Community Organizations for Reform Now) and the International Labor Rights Fund.
In October Wal-Mart won preliminary approval to build a store in Cabo San Lucas, in Baja California Sur _ the only one of Mexico's 31 states where it currently does not have an outlet.
Responding to fears expressed by small business owners there, Antonio Ocarranza, a spokesman for Wal-Mart de Mexico, said at the time that the company would contribute positively to the community.
"We not only generate benefits for our customers, but also for businesses, who benefit from the traffic generated by our firm," he said.
Juan Salazar, the outreach secretary of Mexico's Democratic Association of Public Markets, called on Mexicans to shop instead at the country's many public marketplaces, where small vendors sell meat, produce and other goods.
"Our country's culture is precisely that of the public market, because it is the bastion of nutrition for our people," Salazar said. "That's where we should go, and buy products from our own producers."
Garcia said Wal-Mart benefits from the business brought in by grocery vouchers _ which the government hands out to low-income families and public employees _ that are for the most part only redeemable in supermarkets. The activists called on officials to allow shoppers to use them at public markets.
Denuncian activistas rapacidad y explotación laboral de Wal-MartEMIR OLIVARES ALONSO, LA JORNADA, 12 NOVIEMBRE 2006
El costo que la comunidad paga por tener precios bajos en Wal-Mart "es muy alto, pues esta empresa representa la forma más rapaz del capitalismo, porque exprime y explota a trabajadores, proveedores, comunidades y pueblos donde se instala, además de que devasta la ecología", aseguró Rubén García, integrante de Global Exchange.
En el contexto del primer Encuentro Binacional México-Estados Unidos contra Wal-Mart, el activista explicó que el objetivo es crear puentes de colaboración entre ambos países en la lucha contra la trasnacional, para formular un plan de resistencia para los próximos 12 meses.
Indicó que la reunión binacional propondrá que en México se realicen tres actividades fundamentales en la lucha contra la firma estadunidense: instaurar el "día del mercado", en el que se sugiera a la gente que en lugar de acudir a Wal-Mart a hacer sus compras vaya al mercado público, "para proteger estas instancias históricas".
Defender el acervo histórico, para que no se instalen más tiendas de dicha empresa frente a sitios considerados patrimonio de los mexicanos, como las pirámides de Teotihuacán, o "que un día despertemos y haya una en el Zócalo capitalino", y reiterar que Wal-Mart es una "real violadora" de los derechos laborales, pues de su plantilla de 150 mil trabajadores en el país, 40 mil no perciben salario ni prestaciones. De estos últimos, 22 mil son menores de edad (empacadores o cerillos), y los 18 mil restantes son los hombres que cuidan los vehículos en los estacionamientos, quienes sólo subsisten con las propinas de los clientes, pero cumplen un horario establecido por la empresa.
Por su parte, Enrique Bonilla, integrante del Frente Nacional contra Wal-Mart, afirmó que con la apertura de alguna tienda de esta cadena desaparecen 150 pequeños comercios, lo que ocasiona que alrededor de mil 500 personas pierdan su empleo, déficit que no se subsana, ya que Wal-Mart sólo contrata 80 empleados por cada una.
Bonilla, quien ha realizado diferentes investigaciones sobre las prácticas de la trasnacional, explicó que sólo en el primer día de apertura de alguna tienda de la cadena "bajan 50 por ciento las ventas de los pequeños comercios". Además de que los que se asocian con el consorcio para vender sus productos en los locales que renta en sus tiendas, le pagan entre 50 y 60 por ciento de sus ganancias, mientras que la trasnacional sólo liquida a las autoridades competentes 3 por ciento de sus ganancias por el espacio que ocupan sus instalaciones.
Señala que otra de las irregularidades en que incurre Wal-Mart es que en las tiendas que tiene en territorio estadunidense, sobre todo en las ciudades cercanas a la frontera con México, vende armas sin ningún control.
Trina Trocco, de International Labor Rights Fund, subrayó que los abusos de la firma estadunidense van más allá, pues adquiere sus mercancías a precios muy bajos, lo que provoca que sus proveedores "exploten mucho más a sus trabajadores".
Agregó que alrededor de 70 por ciento de los productos que vende provienen de China, por lo que sus ganancias se basan en la comercialización de electrodomésticos, juguetes y ropa. Asimismo, dijo que en la mitad de las inspecciones que se realizan a los proveedores de Wal-Mart hay "violaciones al código de conducta de la empresa", sin que se tomen medidas al respecto.
La activista estadunidense exigió que la trasnacional pague el precio que corresponde a sus proveedores, para evitar la explotación laboral, además de que para sus compras dé preferencia a las empresas que cuentan con sindicatos.
En el encuentro binacional participaron sindicalistas, defensores de derechos humanos y laborales, ecologistas, hombres de negocios y líderes de abarroteros y de comerciantes, entre otros. "Son personas muy diferentes, con diversas ocupaciones, pero con el mismo problema: Wal-Mart", concluyó Rubén García.